Sigue habiendo lecturas que me sorprenden y me cautivan, en lo que cuentan y como lo cuentan. Una metáfora de algo tan duro como perder un hijo, un padre aferrado a lo que mas quiere hasta el último momento y un guiño a la vida para el final.
Quizás el autor se exceda en la travesía del barco o con la venganza del último ladrón pero para mí lo salva todo con un final en el que brilla la esperanza después de la desolación.
Las tres sombras son agobiantes y perfectamente manejadas tanto en el dibujo como en el silencio que guardan hasta al final. La imagen del niño saliendo del puño del padre tanto hermosa como descriptiva.
Si tienen oportunidad acérquense al tebeo aunque sea hojeen que los dibujos ya merecen la pena ...
Como nota curiosa me parece de coña el marinero que se preocupa de los remates de seda de su traje.